Importancia y Riesgos de la Divulgación de la Neurociencia

¿Qué es la neurociencia?

Una definición clásica y simple refiere que la neurociencia es un conjunto de áreas científicas que investigan el funcionamiento del sistema nervioso. No obstante, comprender cómo funciona el sistema nervioso implica el trabajo inter y transdisciplinar de equipos de científicos que investigan sobre múltiples niveles de organización de la materia viva (Figura 1). Por ejemplo: actividad de los genes, química de la neurotransmisión, interacción entre células nerviosas, fisiología y metabolismo del encéfalo[1], funciones psicológicas de los humanos y no-humanos (afectivas y cognitivas), relaciones y sistemas sociales y aspectos culturales. Este inconmensurable universo de saberes conceptuales, metodológicos, técnicos, deontológicos y estéticos no puede ser dominado por una persona, por eso cada equipo de neurocientíficos se especializa en una parte muy pequeña de este cosmos. Un buen neurocientífico, aunque profundiza en uno de estos niveles, sabe lo esencial de cada nivel para así contar historias creíbles, útiles y respetuosas acerca de cómo el sistema nervioso participa en construir la realidad que cada uno de nosotros vive.

Figura 1: Niveles de organización entorno al campo de las neurociencias

[1] Encéfalo es el órgano que se encuentra dentro del cráneo, que en inglés corresponde a la palabra Brain. Cerebro solo es una parte del encéfalo y en inglés es Cerebrum.


No obstante, la difusión y estatus en neurociencias ha tenido una explosión durante este siglo. Esto ha conllevado a que miles de personas que hablan, escriben y difunden la neurociencia se basen en saberes superficiales, estereotipados, atractivos y ampliamente imprecisos, muchos de los que caen en lo que se conoce como neuromitos. Por lo tanto, existe una mayor presión sobre los ciudadanos; en especial a los que buscan y disfrutan de estos temas, para saber detectar qué información puede ser confiable y valiosa y cuál falaz y dañina. En este escrito se hará un recorrido por algunas razones sobre el por qué la neurociencia es importante para la sociedad actual. Luego, se hará una descripción de algunos neuromitos arraigados en la sociedad, y se finalizará con algunas herramientas para que los lectores puedan discernir qué conocimientos sobre neurociencia pueden ser probables neuromitos.

¿Por qué son útiles las neurociencias?

Para resaltar la importancia de la neurociencia se suelen usar frases como:

“El encéfalo es la máquina más compleja del universo”

“La neurociencia puede develar los secretos de la mente humana”

“Estudiar el cerebro es estudiar el órgano con el que se crea todo conocimiento y la realidad”

“En el encéfalo están los secretos del universo, incluso el de la felicidad”

Estas frases suelen hallarse en los seminarios y curos de neuro -lo que sea- las cuales parecen atractivas y románticas; pero que, en realidad, son neurocéntricas, reduccionistas y simplistas. El peligro de estas aproximaciones es que en lugar de permitirnos saber la importancia que tiene el arduo trabajo de los neurocientíficos, llevan a la neurociencia al nivel de la magia y el cerebro se asimila a una caja negra que fábrica de milagros.

En general, la neurociencia permite recabar evidencias bajo protocolos de investigación rigurosos para maximizar su validez y confiabilidad. Estas evidencias sirven para tomar decisiones sobre qué teorías podrían funcionar mejor para explicar el comportamiento “normal” y “alterado” de los animales humanos y no-humanos. Por ejemplo, el estudio de los correlatos neurales de la memoria ha permitido saber que los recuerdos no son fotografías o videos almacenados en algún disco duro, sino reconstrucciones de las experiencias que creemos hemos vivido; donde usamos las conexiones encefálicas para re-experimentar lo ya-vivido mediante el uso de herramientas culturales como diarios, fotos, música, redes sociales, etc. Esta forma de comprender la memoria es esencial para valorar la fragilidad de los juicios en las cortes, la fiabilidad de los testimonios de los niños pequeños y los adultos mayores, las distorsiones mnémicas asociadas a estrés o malos hábitos de vida y la pertinencia de las evaluaciones académicas basadas en el recuerdo de datos precisos.

La neurociencia también ha llegado a resultados revolucionarios para la educación. Ahora sabemos que:

  • El horario de llegada al colegio debe ser establecido basado en el ritmo circadiano de los estudiantes, para así favorecer su desarrollo saludable.
  • El exceso de luz artificial (como la de las pantallas) puede entorpecer la consolidación de los aprendizajes y generar exceso de estrés.
  • La adquisición de ciertos saberes y destrezas depende de la sincronía entre los cuerpos y cerebros de los aprendices y sus tutores.
  • Los descansos y espacios de socialización, al menos cada dos horas, son fundamentales para mantener en equilibrio la función cerebral y la salud mental de los estudiantes y sus profesores.

Como estos, existen otros conocimientos desde la neurociencia básica que pueden ser usados por la neuroeducación para adaptar la enseñanza a las necesidades y desarrollos del siglo XXI.

Otros ámbitos en los que la neurociencia ha aportado importantes luces para guiar las prácticas sociales son:

  • Qué condiciones y hábitos de vida pueden ser saludables o tóxicos. Por ejemplo, la interconexión entre alimentación, microbiota intestinal, función del nervio vago, sistema inmune, neurodesarrollo y salud mental y física.
  • Cómo los padres tejen las conexiones nerviosas de sus hijos a partir de mecanismos de sincronización biológica, sensorial y conductual. Este proceso relacional a través de múltiples canales subyace a la formación de los lazos afectivos, la adquisición de las emociones, la resiliencia, etc.
  • Existen variaciones genéticas que se distribuyen entre las poblaciones y que favorecen el desarrollo de algunos valores culturales, ideales políticos y formas de relacionarse.

Riesgos de la divulgación de información falsa o imprecisa “neuromitos”

Los neuromitos son creencias sobre el sistema nervioso (funcionamiento, anatomía, neurotransmisores, etc.) y su relación con fenómenos de la vida diaria (aprendizaje, desarrollo, diferencias entre personas, relaciones sociales, etc.) los cuales:

  • Son ampliamente difundidos entre un grupo de personas, ya sea un grupo específico como educadores o psicólogos, o en la población general.
  • Se transmiten a través de las diferentes formas de comunicación (memes, películas, literatura no científica, chistes, etc.).
  • Son heurísticos (atajos mentales) que acuden a conceptos aparentemente científicos (dopamina, sistema límbico, lóbulo frontal, sinapsis, neuroplasticidad, etc.).
  • Son explotados por personas que pretenden ser vistas como más científicas y sofisticadas
  • Facilitan la seducción y manipulación de las opiniones y creencias de los demás, al ser usados para validar posturas, intervenciones, productos, servicios, etc.
  • No pueden ser validadas desde trabajos neurocientíficos publicados en revistas arbitradas por pares. Ya sea porque son inviables los diseños experimentales para probarlas, los resultados son controvertibles, las teorías desde las que se desprenden son imprecisas o contradictorias, entre otras razones de invalidez científica.

Si deseas hacer una rápida exploración sobre si crees en algún neuromito, puede seguir este enlace: . Puede realizar esta pequeña prueba antes de seguir leyendo.

Algunos de los neuromitos típicos son:

  • Solo usamos un porcentaje de nuestra capacidad cerebral
  • Existen diferencias significativas y universales entre hombres y mujeres
  • Los hemisferios cerebrales alojan funciones mentales diferentes
  • Tomar 10 vasos de agua al día es necesario para que no se seque el cerebro
  • Existen periodos críticos para el desarrollo del cerebro
  • Las antenas o dispositivos electrónicos dañan o interfieren con el cerebro
  • Los adultos no producen nuevas neuronas o no tiene plasticidad cerebral.
  • Tenemos un cerebro reptil, mamífero y primate.

Cada vez que te enfrentes a contenidos en neurociencias, en importante tener en cuenta que no todo está dentro de la cabeza. Ya que, hasta que no se compruebe lo contrario, un encéfalo por sí solo no puede pensar, recordar, amar, percibir o sentir todas estas funciones. Solo las puede hacer una persona con un cuerpo (piel, intestinos, músculos, corazón, sangre y hormonas) que ha vivido varios años incrustado en una cultura y que se ha desenvuelto en contextos específicos.

Además, debemos estar alertas porque, no todo lo que tenga el prefijo neuro está fundamentado en neurociencia. En la actualidad proliferan las neurocharlatanerías. Incluso, muchas de estas se constituyen en cursos formales impartidos por universidades acreditadas por instituciones gubernamentales. Es común encontrarse con ofertas de neuromarketing, neuropolítica, neurocoaching, bioneuroemoción, neuroestimulación y neuro-lo que sea, donde el riesgo de aprender neuromitos es alto.

El peligro de los neuromitos y las neurocharlatanerias es que, quienes los venden, abusan de la confianza de quienes compran estos cursos, productos o servicios. Además del fraude inmerso en la adquisición de estas falacias, están los riesgos a los que se exponen las personas que siguen estas creencias. Las intervenciones que no cuentan con evidencias suficientes para valorar su efectividad pueden resultar nocivas para quienes se someten a ellas. De esta forma, los neuromitos pueden significar un riesgo grave para la salud y la enseñanza de millones de personas. Un caso grave, son los neuromitos usados para vender productos o servicios para bebés y niños. Los daños provocados por estos pueden ser irreversibles y pueden evitar el acceso a las intervenciones necesarias en momentos muy precisos del neurodesarrollo. Algunos ejemplos de estos son: gimnasios cerebrales, suplementos nutricionales y leches de fórmula todo poderosas, servicios de estimulación temprana, efecto Mozart, método Tomatis, juguetes de neuroestimulación, entre muchas otras.

Cómo distinguir los neuromitos

Hasta el momento, se sabe que las personas más inquietas intelectualmente y que les gusta buscar información sobre el cerebro, pero que no saben seleccionar las fuentes confiables, son las más vulnerables para adquirir y difundir neuromitos. Si eres de estas personas que desean conocer más sobre neurociencia y su uso, puedes revisar estas características que identifican a los neuromitos:

  1. Las fuentes en las que se difunden no son confiables (redes sociales, páginas de productos, blogs personales, etc.). Una fuente es confiable cuando un conjunto de científicos reputados evalúa lo que se publica.
  2. Se citan libros de divulgación o “grandes autores”. En la actualidad, la ciencia no funciona a partir de grandes “gurús” a los que se les debe creer a ciegas.
  3. No hay cita de investigaciones específicas ni de datos comprobables. Todo conocimiento científico se desprende desde decenas de investigaciones con diseños metodológicos rigurosos y resultados analizados cuidadosamente. Entre las líneas del rigor científico y la habilidad analítica de los investigadores, se escriben los hallazgos más robustos.
  4. Las afirmaciones son incontrovertibles o incuestionables. La ciencia se caracteriza porque sus premisas pueden ser cuestionadas y verificadas a través de diferentes evidencias.
  5. Explicaciones generales para todos los casos. En ciencia, los conocimientos son relativos, parciales, contextuales y aproximados.
  6. No se contemplan los errores y limitaciones. Todo diseño investigativo tiene aspectos por mejorar y limitaciones, por lo que los resultados deben ser abordados con cautela.
  7. No se declaran los conflictos de intereses. Es común que quienes lo hacen, lo hagan como parte de su negocio de vida.
  8. Se proporcionan casos únicos o experiencias no contrastables como evidencia. Esta es una de las principales características de las pseudociencias, ya que se basan en casos aislados y únicos para validar los conocimientos, servicios o productos.
  9. Le atribuyen excesivamente verbos o adjetivos “intencionales” o “mentales” al cerebro. Como se ha mencionado con anterioridad, desde las neurociencias es claro que el encéfalo solo es un órgano y las funciones mentales solo se pueden desarrollar en seres complejos. Este lenguaje romántico y deslumbrante puede tener un fin oscuro que deben analizarse con cuidado.

Para más información sobre mi investigación puede revisar mis páginas académicas

Y si deseas aprender más sobre neurociencias pueden ingresar o suscribirte a mi canal de Youtube DiegoNeurociencias: https://www.youtube.com/channel/UCdibBbIuIyM3uJWe36mzDlg

Hasta pronto.

Imagen: Generada gracias a la IA de Microsoft Bing.