Cómo el grupo “Subastas Planteras México” Cambió la Manera de Hacer Negocios con las Plantas
En el año 2020, el mundo entero había recibido la noticia de la pandemia por Covid-19. Derivado de ello, muchas actividades sufrieron diversos cambios, viéndose obligadas a reinventar y reestructurar su manera de operar; las plantas no fueron la excepción.
Antes de la pandemia, distintos parques de la CDMX fungían como puntos de reunión para los amantes de las plantas, permitiéndoles realizar una gama de actividades como trueques, donaciones y ventas, así como convivir con otras personas con gustos afines. Posteriormente, gracias al virus, la situación cambió, ya que, al ser imposible realizar actividades en espacios públicos y ante la necesidad de las personas por encontrar actividades recreativas que pudieran realizar desde casa, el cuidado y mantenimiento de plantas se convirtió en un tópico de interés. Así nació el grupo de “Subastas Planteras México”.
En este sentido, en un inicio la creación de este espacio tuvo como objetivo el comercio de semillas de hortalizas exóticas. Asimismo, el grupo pretendía ayudar a algunos compañeros para poder obtener algo de dinero a través de las plantas que comercializaban. La inspiración para este concepto surgió gracias a otro grupo de Facebook llamado “El rincón de la cháchara”, cuya premisa se basa en la subasta de libros iniciando en un monto de $0. Como todos los inicios, el comenzar con este proyecto no fue fácil, debido a que las personas de mi gremio no estaban familiarizadas con el proceso y las implicaciones de una subasta, por lo que muy pocos se atrevían a realizar publicaciones de esta índole. De igual manera, el hecho de que mi círculo social no era muy extenso, aunado al hecho de que la mayoría de las personas de dicho círculo habitaban en la CDMX, dificultaba el lograr un gran alcance. En este contexto, me di la tarea de buscar y reclutar a otras personas. De esta manera, el grupo fue creciendo de forma paulatina, de modo que, cuando alcanzó los 2,000 miembros, dejó de ser necesario invitar a conocidos a adherirse al mismo, pues las personas comenzaron a mandar solicitudes de admisión por sí mismas.
Con el paso del tiempo, el grupo comenzó a dirigirse por un rumbo distinto; no cualquier planta podría ser subastada y esto era del conocimiento de los miembros. En otras palabras, las plantas que podían conseguirse fácilmente en cualquier mercado pasaban de largo, en su lugar, las plantas que atraían la atención eran aquellas más exóticas o difíciles de conseguir, tal es el caso de cactus como Astrophytum asterias, Gymnocalicium mihanovichii, Sulcorebutia rauschii; suculentas como Echeveria laui, Haworthia truncata; y, hasta mi especialidad,las hortalizas exóticas como el chile Carolina Reaper o el pepino Kiwano.
No obstante, aún faltaba un punto de entrega común en donde todos —subastadores, compradores y público en general— pudiéramos coincidir para intercambiar plantas y compartir nuestros conocimientos sobre ellas. De esta forma, en un inicio a uno de nuestros compañeros se le ocurrió que nos reuniéramos en la panadería “La Esperanza” ubicada cerca del Metro Chabacano. La idea funcionó por un tiempo, empero, el número de personas que acudía a las reuniones comenzó a incrementar exponencialmente, por lo que el lugar se empezaba a volver pequeño. En este sentido, el mismo compañero que había propuesto el primer punto de reunión planteó que el nuevo punto fuera el “Parque Pípila”.
A partir de ese momento, se convirtió en una tradición reunirnos cada sábado en el parque, tanto para entregar plantas como para convivir con otros miembros del grupo. Aunque al principio las personas nos miraban con extrañeza, después de un tiempo los vecinos y otras personas comenzaron a participar en las dinámicas que llevábamos a cabo, de modo que llegamos al punto de que el Parque Pípila empezó a ser conocido como el “Plantilugar de moda”.
Posterior a ello, sabíamos que teníamos que empezar a involucrarnos más con varios miembros del grupo, por lo que a principios del año 2022 surgió la idea de promover talleres relacionados con las plantas. El propósito de dichos talleres era expandir los conocimientos de aquellos interesados en el mundo de las plantas, así como permitir que los talleristas se dieran a conocer. En este sentido, la propuesta resultó ser un éxito, de modo que se empezaron a impartir talleres cada dos semanas acerca de temas como semilleros de cactáceas, microinjerto, elaboración de plaguicidas e insecticidas naturales, entre otros.
Actualmente, el grupo de Facebook, sigue creciendo día con día, de forma que incluso el proyecto se ha dado a conocer a gente de otros países. Desde este contexto, recientemente compañeros de nacionalidad estadounidense que radican en México han participado en las dinámicas del grupo y ganado subastas; al mismo tiempo, algunos usuarios tailandeses han empezado a subastar cactus que han sido creados por selección artificial, contando con características genéticas propias de dicho país.
Finalmente, solo puedo agradecer a todas las personas que han colaborado directa o indirectamente en este proyecto. Ha sido un camino difícil, no obstante, a pesar de la distancia, muchas personas —mexicanas y extranjeras— han aportado y participado de manera valiosa para mantener vivo el gusto y fascinación por las plantas, logrando traspasar fronteras y generar un gran impacto.
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