El estudio de la senescencia celular para el envejecimiento saludable
La senescencia celular es un fenómeno que puede ser descrito como un paro irreversible en el ciclo celular, siendo lo irreversible su diferenciador a otros estadíos como la quiescencia. Este fenómeno, pensado al ser descubierto por Hayflick hace más de 50 años [1] como un artefacto sólo presente in vitro, ha demostrado estar involucrado en distintos procesos biológicos desde el desarrollo embrionario [2], regeneración [3], envejecimiento y cáncer [4].
La senescencia es un proceso que entra en el término de pleiotropía antagónica por la dualidad que tiene su papel en la biología. Por un lado, es un excelente supresor de tumores en etapas tempranas de la vida, mientras que su acumulación en estadíos tardíos está relacionada con enfermedades relacionadas a la edad y la pérdida del correcto funcionamiento de nuestras células [4].
¿Cómo es exactamente el fenotipo senescente y cómo toma lugar? Cuando una célula está expuesta a un daño irreparable tiene dos destinos posibles: la muerte celular programada o la senescencia. Si bien el que decide el destino sigue siendo una pregunta que se busca responder, lo que sí conocemos es que los estresores que provocan este daño pueden tener diversos orígenes: oncogenes, estrés oxidativo, acortamiento de telómeros o exposición a radiación por mencionar algunos.
Este fenotipo se caracteriza por, como ya se mencionó, un arresto en el ciclo celular. Es decir, no seguirá dividiéndose, pero tampoco irá hacia la muerte celular. Las células senescentes muestran también una carencia de la función correcta, sin embargo, mantienen un metabolismo activo. Y añadiendo a esto, presentan un fenotipo secretor particular, que, aunque es heterogéneo dependiendo del origen celular e inductor, consta de moléculas pro-inflamatorias y modificadores de la matriz extracelular, entre otras moléculas solubles [5].
Este fenotipo secretor, conocido como SASP por sus siglas en inglés (senescence-associated secretory phenotype), resulta de interés en los estudios relacionados a la senescencia pues se ha identificado su rol al dar lugar al microambiente inflamatorio que, a su vez, está relacionado con la tumorogénesis. De igual manera el SASP juega un papel en la señalización paracrina de las células senescentes [5].
Debido a lo ya mencionado, en las últimas décadas ha ido creciendo el interés en el desarrollo de senoterapeúticos [6], que son tratamientos enfocados en la eliminación o modulación de este tipo de células con el objetivo de mejorar la salud en estadíos tardíos de la vida o como nuevas estrategias contra el cáncer. Estos han demostrado resultados prometedores en modelos animales [7, 8, 9]
A su vez, cada vez logramos relacionar más enfermedades con este fenotipo por lo que la mejora en los modelos donde estudiamos senescencia es un área que cada vez toma más fuerza, como mejores modelos animales para la senescencia o cultivo in vitro capaz de recapitular de mejor manera el microambiente senescente [10].
Claramente, todavía quedan muchas respuestas qué contestar acerca de este fenómeno, pero el interés creciente en esta área resulta prometedor para el futuro cercano. Y cada vez que se van respondiendo preguntas acerca de la senescencia en el envejecimiento estamos un paso más cerca un envejecimiento sano para la humanidad.
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