La Historia de la Neonatología
La neonatología es una subespecialidad de la pediatría enfocada en el tratamiento y cuidado de los recién nacidos. Tal como otras disciplinas médicas, esta se fue construyendo a base de diversos eventos históricos que permitieron su formalización y academización. En esta columna, se muestras los principales eventos en el contexto mundial y latinoamericano.
En la década de 1890, Pierre Budin en París se dio cuenta de la importancia de mantener calientes a los bebés prematuros y desarrolló la primera incubadora neonatal adaptando una incubadora de uso común para pollos. Además de reconocer la necesidad de mantener la temperatura, también reconoció la necesidad de alimentación frecuente y de protección contra infecciones, características de los cuidados intensivos modernos.
También reconoció que este nivel de asistencia requería suficientes enfermeras bien capacitadas. Uno de sus alumnos, Martin Clooney, usó el sistema de asistencia de Budin para exhibir “bebés de incubadora” en ferias de Europa y Estados Unidos durante muchos años. Su cuidado lograba una supervivencia mucho mejor de la que se podía lograr en hospitales de todo el mundo para estos bebés prematuros. Sin embargo, su trabajo fue rechazado por la medicina convencional porque los bebés se exhibían en ferias.
Por otra parte, el Dr. Julius Comroe, director del Cardiovascular Research Institute (CVRI) en San Francisco, California, convocó a un grupo de especialistas a mediados de la década de 1950 con el objetivo de que se dediquen a la insuficiencia respiratoria neonatal, un problema sin solución en aquella época. Entre ellos estaban, George Gregory, John Clements, Joseph Kitterman, Roderic Phibbs y William Tooley. Estos investigadores y clínicos contribuyeron con grandes adelantos y descubrimientos sobre fisiología respiratoria fetal y neonatal y el desarrollo de tratamientos para el soporte respiratorio de recién nacidos,
No fue sino hasta mediados de la década de 1960 que, con la publicación de obras clásicas de fisiología neonatal de Clement Smith, Mary Ellen Avery, Jere Mead, John Clements y otros, que se mejoraró nuestra comprensión de la fisiología y fisiopatología neonatal y se permitió el desarrollo de las unidades de cuidados intensivos neonatales (UCIN), tal como las conocemos hoy. Mildred Stahlman, de la Universidad de Vanderbilt, fue el primero en el mundo en desarrollar una UCIN moderna y en funcionamiento. Esta hazaña pronto fue replicada por Louis Gluck (Universidad de Yale) y William H. Tooley (Universidad de California, San Francisco). Estos pioneros se dieron cuenta de que se requería más que sólo ventiladores para mejorar la supervivencia de los bebés con síndrome de dificultad respiratoria (SDR) que, en aquel entonces, era denominado enfermedad de membrana hialina.
Pasaron los siglos hasta que el Dr. John Clements describió el enfoque físico y fisiológico adecuado para ventilar los pulmones de los bebés con síndrome de dificultad respiratoria (SDR) en trabajos originales desde 1957, especialmente sobre la tensión superficial y su descubrimiento del surfactante en los alvéolos. La Dra. Mary Ellen Avery asoció el déficit de surfactante con el SDR.
El Dr. Alexander Schaffer, en el prefacio de su libro Enfermedades del Recién Nacido (publicado por Saunders en 1960), fue el primero en acuñar el término neonatología como la ciencia de la medicina neonatal y neonatólogo a alguien que practica la medicina neonatal.
Los avances en el desarrollo de la Neonatología en Latinoamérica fueron particulares en cada país. Desde la década de 1960 en muchas salas de partos se usaba la ventilación manual para la reanimación neonatal. Su uso era por períodos breves, desde algunos minutos hasta pocas horas. Esta ventilación con bolsa y mascarilla o con un tubo endotraqueal se utilizaba con 100% de oxígeno sin mezcladores, con gases secos y fríos, sin manómetro de presión. El CPAP nasal “artesanal” para recién nacidos en UCIN se utiliza a partir de 1979-1980 con 100% de FiO2 en diversos centros públicos y privados de la región. En muy pocos casos se usaba CPAP con mezcla de gases.
En aquel período, en Santiago de Chile, bajo el impulso y dirección del Dr. Patricio Ventura Juncá, comienza la ventilación neonatal con tubo endotraqueal y presión positiva intermitente utilizando el respirador Baby Bird. La duración de la ventilación era breve, desde algunas horas a pocos días y en general en recién nacidos de más de 1.500 gramos. En diciembre de 1981 el Dr. Augusto Sola es consultado por una bebita prematura en Buenos Aires, Argentina, con síndrome de dificultad respiratoria grave con hipoxemia refractaria en CPAP, con altas probabilidades de morir. Él, gracias a la formación y adiestramiento que había recibido de sus educadores en USA, pudo armar las partes de un respirador Baby Bird y ventilar por primera vez en Argentina a esa bebé. La niña sobrevivió sin secuelas y ya tiene 40 años.
A partir de ese momento, muchos profesionales en la región comienzan a comprender el concepto de cuidado neonatal y la técnica de ventilación con tubo endotraqueal es posible y muy útil para salvar la vida de recién nacidos con insuficiencia respiratoria.
Hacia fines de 1982, en el Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires, se desarrolla la primera residencia universitaria de postgrado en neonatología. En 1987 se inaugura el hospital pediátrico más grande de la región (Hospital J.P. Garrahan, en Buenos Aires, Argentina). Allí se diseña una UCIN con 40 camas y las paredes cuentan, por primera vez en la región, con suficientes y adecuadas tomas o bocas de oxígeno y aire comprimido central que fueron especialmente diseñadas para tal fin.
Este avance se acompaña de otro muy relevante, el entrenamiento y formación de un equipo importante de enfermería neonatal que, como todos sabemos, marcan la diferencia entre el fracaso y la excelencia. Ese mismo año se publica el primer libro en idioma español especialmente dedicado a los cuidados intensivos neonatales de los doctores Sola y Urman.
Hacia fines de la década de 1980 y comienzos de 1990, varios centros de la región ya habían implementado unidades de cuidado intensivo neonatal. Gracias a este esfuerzo y compromiso sobreviven muchos niños prematuros y enfermos al nacer.
La forma de cuidados, diagnósticos y tratamientos van mejorando rápidamente, cada vez para más recién nacidos y en muchos lugares. Un aspecto clave es poder brindar este cuidado de una manera individualizada, humanizada y centrada en el recién nacido y su familia. Cabe destacar que los recién nacidos y sus madres y padres tienen derechos que deben conocer y que todos los profesionales debemos respetar.
Hoy en 2022, todavía queda mucho por mejorar para disminuir la brecha entre lo que se sabe sobre los cuidados neonatales y lo que recibe cada bebé recién nacido enfermo en todos y cada uno de los rincones de la región. La educación es un pilar fundamental en que el cuidado de estos niños tan vulnerables sea de excelencia, accesible y con equidad.
Fotografía: Tomada del Museo de Historia de Misuri (via Picryl), bajo licencia de dominio público.
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