Celebrando el Día del Ajolote: Una especie endémica de México

El ajolote: Una especie endémica de México

El ajolote, conocido científicamente como Ambystoma mexicanum, es un anfibio carnívoro de la familia Ambystomatidae (del orden Caudata) endémico de los lagos del Valle de México. Este un anfibio paedomórfico, el cual es notable por la retener sus rasgos larvarios (p. ej. sus branquias externas). Esta especie puede alcanzar hasta los 30 centímetros de longitud y pesar entre 60 a 220 gramos.

Desafortunadamente, su población ha decrecido bastante, por lo que es una especie en peligro de extinción. Aún así, esta especie ha ganado enorme interés dentro de las esferas sociales a nivel nacional e internacional. Por eso mismo, cada 1 de febrero, resulta pertinente informar y concienciar sobre esta especie y su importancia biológica e histórica.

Características únicas de la especie

Los ajolotes son en su mayoría de color marrón grisáceo. Las aletas se extienden desde la parte posterior de la cabeza hasta la punta de la cola. Los de colores más claros, especialmente aquellos con cuerpos blancos y branquias rosadas, generalmente se crían como mascotas. Los ajolotes tienen la capacidad de regenerar extremidades perdidas y mantenerse rejuvenecidos durante toda su vida. A diferencia de otras salamandras, las cuales se someten a metamorfosis, los ajolotes nunca superan su etapa larvaria. A este fenómeno se le conoce como neotenia.

Los ajolotes mantienen su aleta dorsal en forma de renacuajo, la cual se extiende a lo largo de casi todo su cuerpo y de sus branquias externas. Estas branquias sobresalen de la parte posterior de su amplia cabeza. Estos también tienen pulmones eficaces y pueden respirar a través de la piel. 

Dentro de sus rasgos juveniles, se incluyen sus branquias plumosas que emergen de sus cabezas como una melena, sus patas palmípedas y una aleta dorsal que corre a lo largo de su cuerpo y cola

Alimentación y Hábitat

Los ajolotes sorben a sus presas y se alimentan primordialmente de crustáceos, moluscos, gusanos, huevos de insectos, peces muy pequeños y de los mismos ajolotes.

Estas especies viven exclusivamente en las zonas lacustres de Xochimilco, dentro de la Ciudad de México. Los ajolotes también pueden criarse en cautiverio, sirviendo primordialmente como poblaciones de seguridad. Sin embargo, la reinserción de los ajolotes en cautiverio a sus hábitats es un tema complejo, y suele ser desaconsejado por los especialistas hasta que las amenazas presentes del ambiente se hayan mitigado.

En algunos países y provincias, la especie no se puede comerciar a través de las fronteras internacionales. Como un ejemplo, es ilegal poseer ajolotes en algunos estados de E.E. U.U. debido al riesgo de que escapen del cautiverio y se crucen con salamandras nativas. Aún así, los ajolotes tienen una gran historia fuera de México; con especial énfasis en los países europeos.

Conservación y amenazas de la especie

El efecto de las especies invasoras y la contaminación

En Xochimilco, esta especie ha sufrido debido al ingreso de especies invasoras a su hábitat. Entre estas especies, se incluyen algunas aves depredadoras como las garzas y algunos peces invasores como las carpas y las tilapias. Esta especies suelen comer salamandras bebés y compiten con los adultos por el alimento del hábitat. La degradación de sus hábitats nativos han limitado a esta especie a solo poder vivir en unos pocos canales interiores del área.

Sumado a ello, su población está en declive debido al drenaje y a la contaminación del mismo lago. Además, son una especie vendida de forma ilegal debido a su popularidad como mascota y como alimento majar. Asimismo, el desarrollo turístico y la urbanización han tenido su papel en la reducción de la población de la especie.

El futuro de los ajolotes en estado silvestre

Una evaluación de 2019 de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus Recursos (UICN) encontró que solo quedan entre 500 y mil ajolotes en estado salvaje y que sus poblaciones están disminuyendo. Por ello, al ajolote se le clasifica como especie en peligro de extinción.

El gobierno de México, así como muchas organizaciones sin ánimo de lucro como MOJA, están tratando de salvar a los ajolotes restaurando partes de su hábitat de agua dulce. Así mismo,  ofrecen paquetes de ecoturismo para que la gente pueda ver a estas extravagantes salamandras en la naturaleza sin afectar sus poblaciones.

Diferencias entre ajolotes y salamandras

Los ajolotes se diferencian de la mayoría de las otras especies de salamandras por vivir permanentemente en el agua; viviendo en el mismo fondo de los lagos y canales de Xochimilco. Esto último, debido a que no alcanzan a realizar la metamorfosis y viven en un estado análogo al larvario. Solamente en casos extremadamente raros, un ajolote progresará a la madurez y emergerá del agua.

El nombre “axolotl” se ha llegado a utilizar en larvas adultas de la especie Ambystoma tigrinum (salamandra tigre) las cuales aún no han perdido sus branquias externas. Esta especie es el pariente más cercano al ajolote, aún cuando su distribución es más amplia y su estado de conservación es menos vulnerable.

Los Ajolotes como modelos de laboratorio

Los ajolotes son utilizados en los laboratorios de investigación de todo el mundo, donde se utiliza para investigar los procesos de desarrollo, regeneración y evolución. El interés científico inicial se centró en las peculiaridades anatómicas del ajolote, su rara “metamorfosis” y sus diversas etapas de desarrollo.

Los ajolotes también son un tema de investigación común para los biólogos, gracias a su capacidad para regenerar extremidades, corazones, médulas espinales e incluso partes de su cerebro perdidos o dañados. Todo sin dejar cicatrices permanentes. Como un ejemplo, un estudio de abril de 2021 contribuyó a descifrar el cómo se comunican las moléculas del ajolote para promover la regeneración tisular.

Bibliografía

  • National Geographic. Ajolote. https://www.nationalgeographic.es/animales/ajolote
  • Reiß, C; Olsson, L & Hoßfeld, U. The history of the oldest self-sustaining laboratory animal: 150 years of axolotl research. pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25920413/

Fotografía: Tabajo de YaselCMG via WikimediaCommons.