Hola soy Aldo

Empecé en la divulgación desde muy joven pero nunca me di cuenta. En aquella época no había internet y nunca se escuchaba por ningún lado “divulgador científico”. No existía la carrera de periodismo científico (aún sigue sin existir) y los artículos sobre ciencia los escribía una sola persona en un sólo periódico. Su nombre era Tomás Unger. Yo miraba su nombre y me encantaba leer sus artículos pero nunca pensé que yo podría ser algo como lo que él hacía. Yo quería ser científico. Mis programas favoritos eran Cosmos de Carl Sagan, el Mundo de Beakman y hasta McGyver. A los 12 años la tenía muy clara, le pedí a mi papá un mini laboratorio para navidad. Tenía tubos de ensayo, compuestos químicos, un mechero. Con mis propinas compraba revistas sobre ciencia que se vendían en los puestos de periódicos, me las devoraba y les contaba a mis amigos y familia todo lo fascinante que podía ser ese mundo desconocido para muchos. En mi adolescencia encontré mi pasión y no lo sabía. En mi cabeza estaba que lo mejor para mí sería ser científico porque me gustaba mucho la ciencia pero siempre existía el conflicto de que quería saberlas todas. Me gustaban todas las ciencias. Me gustaba conocer y dar a conocer pero no sabía que existía algo que me pudiera ayudar a expandir esa pasión.

El desconocimiento de muchas cosas era un gran problema en Latinoamérica y lo sigue siendo, aunque no tanto como antes. Gracias al internet y a plataformas como Youtube ese mal ha ido desapareciendo pero aún falta mucho camino por recorrer que no solo involucra al internet a Youtube y al internet sino a una revolución en el sistema educativo, pero ese es otro tema. Cuando me mudé a vivir a Nueva Zelanda no me pude traer mis revistas porque no tenía suficiente espacio en las maletas pero descubrí que había gente en Youtube en países de habla inglesa, hablando sobre las cosas que me apasionaban a mí y quedé encantado con su manera de hacerlo. Se presentaban no como un profesor que hacía una clase o como un documental del Discovery Channel, se presentaban como amigos que te contaban lo que habían aprendido después de haber leído algo que les fascinó. Tuve un flashback revelador. Era exactamente lo que yo siempre había hecho con mi familia y amigos. Ahora lo veía aún más claro y me dije a mí mismo cómo es que no me di cuenta de esto antes. Rápidamente me puse manos a la obra y así, en el último día del 2013, empecé con la divulgación.

Ese día publiqué el primer video en mi primer canal, El Robot de Platón. En él, explicaba lo que había leído artículos científicos y las novedades del mundo de la ciencia. Intentaba hacerlo como aquellos que admiré cuando niño y me hicieron entender cosas fascinantes a tan corta edad. Entendí que era muy importante no solo hablarle a mi audiencia de lo que había leído sino también dejarles las fuentes de donde saqué la información para que puedan corroborar. Desde el primer video intenté hacer del rigor, mi firma, sin que falte la cuota de humor, claro. Un humor que también siempre me acompañó desde muy pequeño.

Cuando creé el canal aún seguía trabajando en una empresa y esperaba ansioso los fines de semana para investigar el próximo video, escribir el guión, grabar y editar. Luego de 6 meses de dedicar mis fines de semana a la divulgación hice mi primer dólar en Youtube. No me importaba porque tenía otro trabajo que me daba de comer y además me sentía muy bien porque en ese escape de sábado y domingo podía ser yo mismo a plenitud. La divulgación era mi pasión y pasatiempo. Siempre lo fue. Poco a poco fui ganando más seguidores hasta que un año, el canal explotó. Empecé a tener muchos visitantes, miles de suscriptores diarios y comencé a ganar lo suficiente como para arriesgarme a querer dejar mi trabajo de oficina. Así que decidí renunciar y entregarme de lleno a la divulgación. Fue la mejor decisión que he tomado en la vida.

Con ese tiempo que gané, creé otros canales de divulgación, uno sobre naturaleza dirigido más a  niños (El Robot de Colón) y otro de noticias científicas (Robotitus). Ahora trabajo con más gente que me ayuda en este proyecto que espero siga creciendo. Dirijo una página web donde se presentan las noticias más destacadas del mundo de la ciencia y a veces doy charlas en diversas instituciones sobre la importancia de la ciencia y el pensamiento crítico que nos da.

Desde que publiqué mi primer video en aquél 31 de diciembre del 2013, no he parado. Así suele ser cuando tu trabajo te apasiona, nunca paras. Tu trabajo es un hobby y sientes que no trabajas. Soy muy afortunado de haber encontrado algo así en mi vida y se lo deseo a todas las personas.

Si también les apasiona la divulgación no tengo que decirles que nunca la dejen porque sé que no lo harán. Hoy más que nunca, en un mundo tan plagado de desinformación y negacionismo, necesitamos más gente que se dedique a esto. Necesitamos divulgación rigurosa y que se esmere en hacer entendible el trabajo de los científicos. Hacer la ciencia popular es una gran tarea que debería ser primordial en todos los planes de todos los gobiernos.

Dar a conocer lo maravillosa que es la ciencia y el trabajo que involucra llegar a sus resultados es la mejor contribución que podemos hacer para luchar contra esos males que aquejan a la era de la información.

Fotografía: Trabajo de Ricardo Palma via Wikimedia Commons.