Importancia de la Nutrición del Recién Nacido
La nutrición es un proceso fisiológico presente en todo ciclo vital. A través de la misma, el organismo recibe, transforma e incorpora sustancias necesarias y esenciales para sostener la vida. Todos los días de nuestra existencia son importantes. Sin embargo, hay 1000 días trascendentales y críticos en la vida de todo ser humano. Esos primeros 1000 días de vida, los cuales van desde la concepción hasta los dos años, son clave para una vida futura sana. El tiempo es irreversible, por tanto, los errores o aciertos en esta ventana crítica acompañarán al ser humano el resto de su vida. En este periodo, la mala nutrición representa serias amenazas para la salud humana, desembocando en consecuencias catastróficas en la morbilidad y mortalidad infantil.
Por tanto, el hablar de nutrición del recién nacido exige considerar los días de vida intrauterina. El último trimestre de gestación representa el periodo en el cuál se acelera el crecimiento fetal y se incrementa la demanda de requerimientos nutricionales. Por consiguiente, es importante alentar al personal de salud a cuidar, proteger y fomentar una nutrición adecuada antes, durante y después del nacimiento; la cual le permita a la madre brindar el mejor comienzo en la vida a todo recién nacido.
Una buena nutrición es factor determinante de la salud y desarrollo de los seres humanos. Su éxito se relaciona con sistemas inmunitarios más fuertes, embarazos y partos más seguros, menor riesgo de enfermedades no transmisibles, mayor calidad de vida y en consecuencia con madres, recién nacidos y lactantes más sanos. Al día de hoy, la ciencia nos ha brindado bases sólidas para afirmar que una adecuada nutrición en el recién nacido contribuye a disminuir la morbilidad y a mejorar su desarrollo orgánico y psicomotor. Esta última es una etapa decisiva para el desarrollo cognitivo, del lenguaje, destrezas emocionales y sociales. En esta fase, el cerebro tiene un crecimiento y desarrollo exponencial, por lo que la nutrición y las experiencias emocionales juegan un papel de gran significado en esta ventana epigenética.
En las etapas iniciales de la vida, la nutrición no solo mejora la supervivencia neonatal, sino que también potencía el crecimiento y desarrollo neurosensorial. Esta también es determinante crítico de la salud del individuo a lo largo de su vida. El periodo de los primeros 1000 días de vida es una etapa de programación donde se forman los hábitos que nos acompañarán toda la vida. Las señales de saciedad comienzan a instalarse en este periodo de la vida y es en este momento cuando se definirá la salud nutricional del individuo. La nutrición óptima del neonato busca lograr un crecimiento postnatal adecuado a la edad gestacional que responda las necesidades energéticas sin exceder sus capacidades metabólicas.
Al discutir la nutrición del recién nacido en la actualidad, mucho se habla de la lactancia materna y sus beneficios. Por ello, quizás nos cuestionamos
La leche materna es un tejido vivo irremplazable, el cual brinda innumerables beneficios al recién nacido. Este es un alimento diseñado y adaptado de manera específica a sus necesidades, el cual otorga inmunidad pasiva al tracto gastrointestinal y respiratorio, y así evitando la adhesión de patógenos en las mucosas; manteniendo una protección activa contra infecciones. Esta también permite la formación de la microbiota intestinal por su naturaleza prebiótica, al contener oligosacáridos. Y dada su condición probiótica, por su contenido en bacterias, es considerada el alimento por excelencia para el neonato; al otorgar la totalidad de nutrimentos necesarios para asegurar el sano crecimiento y desarrollo.
Estos nutrimentos provienen de 3 fuentes principales:
Gracias a la presencia de factores biológicos como lactoferrina, caseína, y ácidos grasos; los nutrimentos de la leche humana tienen una mayor biodisponibilidad que los de la leche de vaca o fórmulas lácteas. Además, la presencia de enzimas facilita su digestión y absorción. Sumado a ello, el vínculo afectivo que se forma entre el binomio madre-hijo brinda beneficios psicológicos y afectivos que favorecerán la construcción de identidad, equilibrio emocional y la forma de relacionarse con otros en la vida adulta. Resulta evidente que, al otorgar tantos beneficios, sea considerada el alimento por excelencia para todo recién nacido y sea recomendado su consumo de forma exclusiva por la Organización Mundial de la Salud durante los primeros 6 meses de vida.
Es una realidad que las malas prácticas de alimentación en el recién nacido tendrán consecuencias a largo plazo no solo en el plano individual, sino también en el ámbito colectivo. La crisis económica impacta directamente en los sistemas de salud e incrementa la inseguridad alimentaria. Con ello, nos enfrentamos a una mayor prevalencia de mala nutrición en el embarazo, abandono de las prácticas de lactancia exclusiva e introducción de alimentos sólidos a edades tempranas. Esto da como producto final hambre, desnutrición y crecimiento acelerado de enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, sobrepeso y obesidad; situaciones que limitan la capacidad productiva de los individuos y con ello el crecimiento económico de un país.
Es menester generar intervenciones nutricionales en los sistemas de salud para la prevención y mitigación de la mala nutrición en los primeros 1000 días de vida; sumado a la protección de las mujeres embarazadas, el fortalecimiento de la lactancia exclusiva, el reconocimiento de la lactancia materna como el primer componente del sistema alimentario y la educación nutricional para la adopción de estilos de vida saludables.
Cuidar la nutrición de la mujer embarazada es cuidar la nutrición de próximas generaciones. Fomentar y proteger una lactancia materna exclusiva es brindar equidad al ser humano y favorecer el desarrollo económico y social de las comunidades. El seno materno tiene un flujo no solo de alimento, sino de hormonas, inmunidad, estímulos para el desarrollo, afecto y compromiso. Sostener la lactancia materna no solo es responsabilidad de las madres; es un compromiso de la humanidad que demanda apoyo y protección por parte de las familias, gobiernos, instituciones sociales y entornos laborales para formar huellas en los estilos de crianza para las futuras generaciones.
La Sociedad Iberoamericana de Neonatología (SIBEN) ha reconocido la relevancia de este tema. Por ello, a traves de procesos de consenso clínico, actualiza la información disponible para el equipo de salud neonatal a través de publicaciones que resumen en forma practica la evidencia científica sobre este aspecto del cuido d elos recién nacidos.
Fotografía: Créditos de Sarah Chai via Pexels.
Artículos más recientes
El resurgimiento de los Dinosaurios
27/Sep/2024
Expedición a los parques: bitácora de un explorador
25/Sep/2024
Ingeniería genética en los alimentos
23/Sep/2024
Día Mundial del Alzheimer: Una enfermedad degenerativa
21/Sep/2024
MÁQUINAS QUE PIENSAN
20/Sep/2024
¿Cual es la genética detrás de la gente Pelirroja?
18/Sep/2024
Desafiando la Fiebre Q: Diagnóstico con un nuevo Biosensor
10/Jul/2024