La Ciencia como Aliada: Mi Experiencia en la Divulgación

No vengo a entregarles basura sentimental; quiero compartirles en esta columna un poco de lo que para mí es hacer divulgación científica en redes sociales. Sírvase la bebida que más disfrute o con lo que más le guste acompañar una lectura.

Mi nombre es Raymundo González Martín, mejor conocido como RandomRojo. Mi historia en la divulgación es sencilla. Tuve el honor y fortuna de cursar la licenciatura en biología en el Centro Universitario de la Costa de la poderosísima Universidad de Guadalajara.

A inicios de la carrera, la gran cantidad de catedráticos que impartían las clases hacían un llamado a la divulgación, colocándola como una prioridad en las ciencias biológicas. Recuerdo a mis mentores: el biólogo y maestro en ciencias Luis Fernando González Guevara, la Dra. Liza Danielle Kelly, el Dr. Fabio German Cupul Magaña y el Dr. Luis Javier Plata Rosas, quienes eran los principales promotores de esta práctica.

Siendo parte de la generación millenial, el internet, las redes sociales y la creación de contenido, siempre llamaron mi atención. Pero no sabía que podía incurrir en la divulgación de la ciencia desde estas herramientas. De hecho, ni siquiera sabía que ya existían grandes divulgadores en esas áreas. Sin embargo, como en Spider-Man: Across the Spider-Verse, hubo un evento canónico que fue el parteaguas en mi carrera.

Y es que durante el tercer semestre, yo era presidente de la carrera en biología. Durante mi gestión y con el apoyo de amigos y académicos, generé algunas acciones para aportar a mi licenciatura, dentro de las que destacó el viaje a la ciudad de Guadalajara para escuchar al Dr. Antonio Lazcano Araujo en el Paraninfo de la UdeG sobre sus investigaciones en el campo del origen de la vida. Como todo viaje de estudiantes universitarios, hubo de todo, pero esos detalles los dejaremos para otra ocasión.

Después de la conferencia magistral del Dr. Lazcano y que sus aportes nos hicieran volar la cabeza, aunado a la resaca por la que pasábamos, busqué la foto del recuerdo. Esa que nos hiciera recordar por décadas hasta que volviéramos a formar parte del ciclo de nutrientes en el movimiento energético del ciclo de la vida, que logramos algo increíble para nuestra formación como biólogos y biólogas.

Posterior a esa foto, es entonces que decido escribir la columna llamada “La vida de un estudiante de biología”: Columna que publiqué en Facebook a través de un blog que en ese entonces tenía. El impacto que tuvo me dejó impresionado. No solo porque más de 18,000 mil personas la leyeran, sino por los comentarios que recibió, entre los que destacaban historias de cómo el mensaje había conmovido hasta a profesores.

A continuación, les anexo mis dos comentarios favoritos, esos que cambiaron todo para mí:

“Hola soy profesora de Biología y Ciencias Naturales desde 1988. Y al leer tus palabras, me doy cuenta que pasaran los años pero no cambian las razones que nos hacen amar, el aprender Biología cada día de nuestras vidas. Bendiciones para tu vida de estudiante y de profesional. Saludos cordiales desde Magallanes, Chile”.

“Hola, yo aún estoy en la prepa, pero me gustaría estudiar Biología. Sin embargo, a veces los comentarios como los que mencionas me desaniman un poco. En especial el de “¿de que vas a trabajar?, ¿para que te va a servir?”

Esto sin duda fue para mí una sorpresa, y es que piénsenlo… Un biólogo en formación, que disfruta de las salidas a campo, las fiestas y olvida llevar su bata impecable para las prácticas de laboratorio, no espera (al menos yo) motivar e inspirar tanto a estudiantes como académicos.

Y fue entonces que la idea de hacer divulgación a través de redes sociales golpeó con fuerza mi cabeza, cual olas golpeando el intermareal rocoso.

Y aunque no comencé en ese momento con la divulgación en redes sociales debido a las ocupaciones universitarias que tenía, siempre era una idea recurrente en mí. Sin embargo, no fue hasta que salí de la universidad y al estar trabajando en un programa a nivel federal en rescate de fauna silvestre, donde monitorizaba áreas naturales protegidas; realizando vigilancia y protección de la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) y atención al varamiento de mamíferos marinos, que comencé a realizar contenido sobre estos temas.

Posterior a esto, llegó la pandemia por COVID-19; una época bastante difícil para el mundo entero, y no lo digo solo por los contagios o las muertes, sino por la ola de desinformación y negacionistas que brotaron en todo el mundo. Es ahí, que encerrado en casa, sin mucho que hacer, y motivado por desmentir los vídeos de personas que aseguraban que el COVID-19 era “Un respiro para el planeta”, “Un cobro por lo que el ser humano le había hecho a la madre naturaleza”, comencé a hacer divulgación de forma constante, a preparar los vídeos, a invertir horas enteras en leer los artículos científicos necesarios para poder divulgar con base en la evidencia científica aquello que tanta falta hacía.

Y fue así, que comencé a consolidar mi carrera en la divulgación de ciencia bajo los temas de legislación ambiental, impacto ambiental, cambio climático, conservación y el buen manejo de la vida silvestre; así como en desmentir información que se distribuye a lo largo del internet, y que desafortunadamente muchos creadores de contenido buscan generar para crecer en redes sociales.

La divulgación de ciencia me ha dado mucho. Desde premios hasta amenazas. Sin embargo, no vengo acá para hablarles de eso, sino de como a través de la divulgación he buscado generar un pensamiento crítico en una sociedad que pasa gran cantidad de su tiempo en redes sociales, creando, distribuyendo y consumiendo posverdades.Y es que recordando a Luis Estrada (1992)

“La ciencia es una parte oculta de la cultura contemporánea y es necesario corregir esta anomalía”.

Luis Estrada

Las redes sociales se han vuelto una parte fundamental de la sociedad contemporánea. Es debido a esto, que equilibrar la balanza divulgando ciencia en redes sociales para mí no solo es algo que me entusiasma y apasiona. Es un compromiso para hacer que la ciencia sea el pan de cada día de una sociedad que necesita estar informada.

Es a través de lo mencionado con anterioridad, que mi objetivo en la divulgación de ciencia en redes sociales, es la búsqueda de la generación de un pensamiento crítico y analítico en una sociedad que basa sus temas de conversación, su entretenimiento y hasta sus decisiones, en consumir contenido en redes sociales.

La crisis climática, la pérdida de biodiversidad, la falta de criterio ambiental e interés en los espacios de toma de decisiones es algo que aqueja a todas las naciones. Y es debido a esto, que la visibilización de las problemáticas desde la generación del conocimiento científico, hasta su divulgación por los diferentes medios existentes en redes sociales y fuera de ellas, es fundamental para buscar un cambio de mentalidad en aquellas personas que de forma aleatoria y voluntaria consumen la divulgación de ciencia en las diferentes presentaciones existentes.

Y si algo me gustaría recalcar y que jamás olvidemos, es que la divulgación de la ciencia es tan necesaria como la ciencia en sí, y es que a través de ella, también fomentamos el aprecio y comprensión por la ciencia, inspirando y empoderando a las personas para juntos trazar el camino para que la ciencia no sea algo apartado de la sociedad, sino que forme parte de ella día con día.

Referencias

Estrada-Luis. (1992). La divulgación de la ciencia. Revista ciencias.

Imagen: Generada gracias a la IA de Microsoft Bing.