Sepsis Neonatal: Una asignatura pendiente
El día 13 de Septiembre es un día muy significativo en el ámbito medico, ya que se conmemora el Dia Mundial de la Sepsis. Esta entidad clínica fue designada como una prioridad medica por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el marco de su Asamblea Mundial de Mayo del 2017. No obstante, de acuerdo con las declaraciones de la Alianza Mundial contra la Sepsis, esta patología sigue manteniendo una de las más altas tasas de presentación con un elevado rango de mortalidad a nivel mundial. Esto, aún pese a la recomendación de la OMS para su vigilancia y atención a nivel global. Sumado a ello, la sepsis se mantiene como uno de los retos más subestimados y subregistrados; siendo esto verdad principalmente en países en vías de desarrollo.
La importancia de esta conmemoración es recordar la necesidad de generar estrategias que permitan prevenir, diagnosticar y controlar la sepsis a través de una serie de acciones dirigidas, tanto a países desarrollados como en vías de desarrollo. De esta forma, se busca favorecer la implementación de programas educativos integrales sobre la prevención, identificación y manejo de la sepsis.
Se estima que, cada año, aproximadamente 31 millones de personas sufren un episodio de sepsis. De estos casos, 6 millones fallecen, presentando una mayor carga en los países de bajos y medianos ingresos. Y dentro de la estratificación por grupos de riesgo, la sepsis es identificada hoy en día como de las principales causas de muerte materna y neonatal.
Solo en el caso del recién nacido, se estima que entre tres y cinco millones de niños fallecen en el primer mes de vida anualmente. De ellos, alrededor del 95% se reportan en naciones del tercer mundo. Entre las causas de defunción, la sepsis ocasiona más de 1.6 millones de muertes neonatales por año, posicionandose como la principal causa de muerte prevenible, seguido de la prematurez y de la asfixia perinatal.
Por esto mismo, la casi coincidencia de la celebración del Día Mundial de la Sepsis con el Dia de la Educación Neonatal en Latinoamérica (diferencia de un día), nos ayuda a dimensionar el problema en conjunto. Dentro de estas reflexiones, podemos destacar que, pese a los miles de artículos científicos publicados cotidianamente, seguimos manteniendo asignaturas básicas pendientes por contestar. Porque, si bien es cierto que la sepsis neonatal es un complejo modelo biológico de interacciones entre un huésped (bacterias, hongos, virus) y un hospedero humano, cada vez más nos alejamos de los fundamentos básicos. Entre más conocimiento generamos al respecto, más nos alejamos de los principios que nos permiten identificar, prevenir y tratar racionalmente un mayor número de casos. Para ejemplificar esto, presentaremos dos temas fundamentales: El diagnóstico clínico de sepsis y el uso correcto y prudente de antibióticos.
En contraste con otras patologías neonatales menos frecuentes, la dificultad para obtener información científica sobre el tema no pareciera ser el problema. Una simple búsqueda de Google para neonatal sepsis (intervalo 2018–2022) arroja más de 23,200,000 resultados, incluyendo más de 13,500 artículos científicos y médicos del tema. Sin embargo, el esfuerzo realizado por un grupo colaborativo de hospitales con atención neonatal del Estado de México, demostró que, en este mar sin límites, muchas preguntas básicas siguen sin responderse.
Como ejemplo, este grupo resalto que, en los últimos 10 años, por increíble que parezca, no existe un consenso universal que defina la sepsis neonatal. De hecho, diversos autores de los artículos revisados proclaman como necesario establecer un consenso real y único de esta interrogante.
Las definiciones usadas en distintos consensos, guías y artículos de revisión siguen siendo muy heterogéneas y la mayoría de ellas carecen de una validación académica. Por otra parte, las definiciones consensuadas usadas en niños mayores y adultos han demostrado tener bajo rendimiento diagnóstico para la integración del neonato con sepsis. En estos, se observan porcentajes de asertividad de entre 42-56% en sepsis neonatal temprana, y siendo tan bajas como 8.9% en el recién nacido prematuro.
Un segundo tema muy controvertido es el uso de antibióticos en el recién nacido. Pese a los grandes esfuerzos internacionales, esta sigue siendo un área de oportunidad para mejorar los estándares de calidad de la medicina mundial. Por que, aún con los grandes empeños para favorecer su uso racional en el recién nacido, su utilización liberal y poco prudente sigue siendo constante en varias unidades neonatales de Latinoamérica y el mundo. Esto último puede llevar a potenciales efectos negativos a corto y a largo plazo durante el período neonatal. Entre estos, podemos destacar:
Por esto mismo, compartimos la visión de la Organización Mundial de la Salud, de la Sociedad Iberoamericana de Neonatología y de muchas instituciones académicas y científicas más, en que una de las mejores estrategias para disminuir la carga de esta enfermedad, debe de ser el enfocarse en la generación de programas permanentes de educación y difusión.
Así, se podrá facilitar el acceso a los avances científico y clínicos a todo el personal de salud de forma sencilla, pero bien fundamentada. Esto último hará que se pueda atender integralmente a cualquier recién nacido en cualquier rincón de nuestro planeta, favoreciendo con esto una equidad en el conocimiento y una igualdad en el derecho a nacer y crecer en un mundo con menor riesgo de sepsis.
Fotografía: Tomada del NIADI via Wikicommons.
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