Desarrollo y Utilización del Sistema Biofloc en la Acuicultura
El desarrollo de tecnologías para la industria acuícola ha jugado un rol fundamental en su establecimiento como alternativa rentable para la pesca abierta tradicional. Es por esto que, desde 1970, la tecnología de biofloc (BFT) es utilizada para optimizar el proceso de producción. A pesar de que en sus inicios fue desarrollada teniendo en mente las ventajas económicas, las disminuciones de amonio, amoniaco y nitrito resultantes del uso de la BFT plantean un beneficio significativo para el medio ambiente; minimizando la concentración de los efluentes. De igual manera, la alza en las métricas de nitrato permiten al agua nitrificarse, eliminando los patógenos que se podrían encontrar en ella; esto resulta en un incremento de hasta 30% en la tasa de supervivencia, minimizando la cantidad de antibióticos necesarios para asegurar el funcionamiento apropiado de la operación, reduciendo la posibilidad de un brote viral efectivamente.
La Food and Agriculture Organization (FAO) postula la acuicultura como una alternativa sustentable para la extracción de recursos piscícolas. Con el objetivo de respaldar indirectamente esto, el acercamiento Source-to-Sea (S2S) fue instituido por el Stockholm International Water Institute (SIWI) para describir el impacto que tienen las actividades económicas y procesos industriales en el mar, a pesar de ser ejecutadas en tierra firme. De igual manera, establece la metodología necesaria para construir relaciones intersectoriales con la capacidad de crear cambio significativo en el área del cuidado y manejo apropiado de los recursos hídricos. Este concepto representa de manera general la importancia de comprender extensamente la relación que tienen las labores realizadas en cualquier región sobre los recursos hídricos locales.
La acuicultura se desarrolla en 23 estados del país, siendo el camarón y la tilapia las especies de mayor producción. De acuerdo con el reporte de la Comisión Nacional de Acuicultura y Pesca, en 2018 existían 1447 granjas dedicadas a la producción del camarón, siendo los estados de Sonora y Sinaloa representantes del 80% de la producción nacional. Aunque la actividad sea benéfica para la economía estatal, el impacto ecológico a los ecosistemas, (particularmente las cuencas adjuntas a la región) ha sido significativo, desencadenando cambios notables. Un ejemplo de esto es el sito RAMSAR estero Laguna de la Cruz, en Bahía de Kino, Sonora, cuyos mangles funcionan como un área de reproducción crítica para las especies marítimas de la zona. Estudios realizados por el Departamento de Investigaciones Científicas de la Universidad de Sonora (DICTUS) muestran un incremento de 35-38.3 gramos de sal por litro de agua contra los 40-42 encontrados en esta cuenca durante 2013. Está demás decir que estos números son profundamente alarmantes para la situación ecológica del país.
La BFT (biofloc) consiste en la utilización de comunidades microbianas para la formación de bioflóculos, o bien, macromoléculas. La problemática fundamental de la acuicultura camaronícola (y de básicamente cualquier otra especie, en medida diferente) es una combinación de dos puntos principales: la disolución de heces que los propios organismos producen y la cantidad de alimento desaprovechado que se diluye en el agua. A través de la regulación de la relación Carbón-Nitrógeno (C:N), y la adición de un probiótico, es posible procesar estos residuos a bioflóculos accesibles para el consumo del producto. Sin embargo, existe una cantidad relevante de variables que (al menos en teoría, deberían de ser tomadas en cuenta para la ejecución apropiada de un sistema acuícola) tienen que ser analizadas y tratadas con particular precisión. Estas incluyen, pero no se limitan a: luz, temperatura del agua, pH, fuente de carbón orgánico, proporción de la carga orgánica, oxígeno disuelto, tipo de probiótico utilizado, cantidad de antibióticos e intensidad de la mezcla. Es por esto que se recomienda que la biofloc sea utilizada en sistemas cerrados. Su aplicación, sin embargo, es viable y productiva en ambos tipos de sistemas, abiertos y cerrados.
A pesar de que la literatura existente indica que la BFT es realmente productiva, la alta concentración de nutrientes y demanda orgánica que un sistema de bioflóculos supone es motivo de preocupación en la comunidad científica. Es por esto que la implementación de policultivos a los sistemas camaronícolas podría traer un nuevo grado de productividad a la industria acuícola, asegurando el uso activo de los efluentes acuícolas. Se entiende por policultivos a la práctica de producir diversos tipos de especies en un mismo sistema, lo que suele resultar en rendimiento superior del producto inicialmente deseado. En el caso de la biofloc, la implementación de microalgas, así como el establecimiento de subsistemas para la producción de otro organismo (usualmente alguna forma de flora) ha demostrado traer resultados prometedores. El desafío que trae la implementación de la flocponia recae en el diseño de una granja acuícola de tamaño práctico, tomando en cuenta que los estudios realizados sobre la flocponia rara vez tienen sede en escenarios de tamaño industrial.
A pesar de que la acuicultura tiene un rol ejemplar en lo que respecta al desarrollo de actividades económicas más sustentables, tiene un gran camino por recorrer para alcanzar un proceso verdaderamente ecológico. Tecnologías y acercamientos innovadores, como son el caso del biofloc y el acercamiento S2S, representan un avance significativo. Es urgente, sin embargo, comenzar la evaluación de posibles métodos para optimizar los procesos ya existentes en el mercado, haciendo un fuerte énfasis en la flocponia.
Fotografia: Cortesía de Mariakray via Pixabay
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